Cada vez que nos acercamos a Cantabria, encontramos un nuevo rincón donde enamorarnos del norte, de su verde y de sus costas. Pero sobretodo en Santander, es donde veremos esa sinfonía que nos transporta a otro mundo gracias a su belleza. ¡Comenzamos una nueva ruta!
Poco queda de la parte antigua de la ciudad, después de que un gran incendio en 1941 acabara con la mayoría de los edificios. De ese trágico incidente, sólo se salvó la Catedral, que pudo ser restaurada al poco tiempo. Desde un lugar estratégico, vigila la antigua entrada al puerto, usado ya en épocas romanas .
Pero nuestra ruta para conocer la parte monumental de Santander comienza en los jardines de Pereda. Entre cedros magnolios y palmeras, encontraremos monumentos dedicados a los nombres más ilustres de Cantabria. Al atravesarlos, nos encontraremos con el Banco de Santander, símbolo de la importancia de la ciudad para el desarrollo de la banca en España. Continuando nuestro paseo, llegaremos a la Plaza de Pombo, donde veremos la arquitectura característica de sus edificios. Un poco más adelante está la Plaza Portica, símbolo de Santander.
Encajada entre mar y montaña
Ya cerca del mar se encuentra el edificio regionalista de Correos y Telégrafos. En este punto, inicio de todos los caminos, podremos recorrer la costa, disfrutando del mar cantábrico. Desde Cabo Mayor hasta el Sardinero, podremos disfrutar de un paisaje precioso en la costa cantábrica.
Una ciudad que combina en un mismo entorno urbano playas, paisaje, naturaleza, gastronomía y cultura. Por eso, ¡no es de extrañar que la Vuelta Ciclista a España 2014 comience su 14º etapa desde Santander!
